









En "Cajas Sorpresa", el artista explora las complejidades del consumismo contemporáneo a través de una instalación multifacética. La obra se compone de una serie de cajas construidas en arcilla cocida, despojando de paso el concepto de “cerámica” de su funcionalidad tradicional. Cada pieza dentro del montaje, desde las cajas mismas, hasta los objetos propios de empaque de productos, está dispuesta de tal manera que invita al espectador a cuestionar el valor que asignamos a lo material o incluso a lo que es real. Esta pieza desde su concepción nos invita a la reflexión: ¿Qué nos impulsa a consumir? ¿Estamos llenando un vacío o simplemente perpetuando un ciclo sin fin? A través de "Cajas Sorpresa", el artista no solo critica la cultura del consumo, sino que también ofrece un espacio para la introspección. La obra se convierte en un llamado a la conciencia, un recordatorio de que, en un mundo inundado de bienes materiales, la verdadera riqueza se encuentra en lo que no se puede comprar.